NARRACIÓN FINAL

 

NARRACIÓN FINAL

TALLER DE ACCIÓN EDUCATIVA

2019

JULIETA ARELLANO

Para mí, la carrera de Artes Visuales es un universo al que poco nos atrevemos a entrar...

Desde que ingresé a la Escuela de Artes por allá en 2014, sabía que me iba a encontrar con diferentes mundos, es decir, materias de las cuales tuve muchísimos aprendizajes y otro de los cuales me hubiera gustado aun explorar y observar con más detenimiento. Por lo tanto, lo que estoy realizando en esta narrativa es una toma de consciencia sobre mi trayecto universitario a lo cual Fernando Hernández dice:

“Esta toma de consciencia permite entender como las opiniones políticas, las creencias religiosas, las cuestiones relacionadas con el género, las manifestaciones simbólicas de carácter visual o las perspectivas educativas que cada uno tiene han sido influenciadas por concepciones dominantes. Lo que trata la posición crítica es de favorecer la autorreflexión sobre ese proceso de influencias, sobre las miradas en torno a uno mismo y a lo que lo rodea. En el caso del Arte, desde la Educación Artística se trata de indagar sobre temas e ideas clave como el cambio, la identidad, la representación de los fenómenos sociales, y ayudar a indagar cómo esas concepciones afectan a cada uno y a quienes le rodean” (1997:98)

En cada instancia hubo cuestiones diferentes que me llamaron la atención: la forma de dar clases, los contenidos, la identidad de los docentes, el tiempo de las materias, la relación con los materiales, la relación con los alumnos, las gestiones, los vínculos con otra materia, las teorías que nos daban, los espacios áulicos que teníamos, entre otros… quizás alguno más.

Podríamos decir aquí que lo propuesto por cada docente, fue lo que nos abrió las puertas a conocer esos mundos, adentrarnos a querer seguir mirando y explorando.

Ø “Las prácticas de enseñanza son significadas como prácticas sociales complejas que, en el intento de ser comprendidas, requieren su abordaje desde múltiples dimensiones. Para referirse a ellas se alude recurrentemente a la clase y al trabajo en el aula. Con la expresión clase, se remite a la actividad situada cuyo propósito sustantivo es el trabajo con el conocimiento, en relación,  con el cual se enfatiza, entre otras cuestiones, la especificidad del contenido disciplinar, el papel de la actividad y el conjunto de secuencias y decisiones de corte didáctico asumidas. Como construcción didáctica, en la que juega un papel central la particular relación contenido-método, se reconocen componentes comunes y, al mismo tiempo, se coincide en que implica una relación casuística, singular,  en la que juegan definiciones y decisiones no solo epistemológicas, sino también ético-políticas”[1]

Tuve la suerte por varios años, de ser una espectadora principal, de verme construirme y progresar, de dar cada paso como Valentina Tereshkova, una joven rusa de 26 años, la primera mujer en llegar al espacio y orbitar la tierra 48 veces. Yo soy la primera generación de una familia que llegó a la universidad por eso la analogía.

Pero tengo que ser sincera, no, no es fácil ni fue fácil llegar. En el camino me encontré con personas que parecía  me estaban probando en todos mis sentidos, a veces sentía que realmente querían que me valla mal. Entre los primeros y los últimos años de universidad puedo decir que el tipo de navegación que hice fue bueno, las rutas de acceso al conocimiento eran buenas y lo son, pues en T.A.E. se ve claramente desde el primer día como apuntan a nuestros intereses para que podamos llegar a la instancia de hoy en día.  Pero… ¿qué pasa cuando los docentes que te están formando a vos para ser docente no te acompañan? Pasa pues, por darte rutas turbias, fraudulentas, tenebrosas, rutas que no tienen acceso a ningún mundo, ninguna parte del universo. Ese momento, en que te das cuenta que la materia podría ser una gran novedad pero llegas y todo está destruido, ¿cómo haces para salir de ese pozo? Bueno, eso me paso a mediados de la carrera, sentía que de ahí no se salía más e incluso me hicieron recapitular, me hicieron pensar ¿seremos tan malos? ¿Será que no es lo nuestro? Hoy doy gracias a algunos profesores de ese momento que, creyeron en nosotros, nos acompañaron, nos habilitaron la palabra y el espacio para poder construir un discurso que nos permitió salir de ese lugar de oscuridad.

Los docentes de Escuela de Artes y yo como futura docente debemos tener en cuenta las responsabilidades de enseñar frente al deseo de aprender, ese deseo del cual no me quiero escapar jamás:

“…es la anomalía (la a-normalidad, si quieren) de la interpelación del otro en el escenario educativo, que siempre exige pensar alternativas, resistir objetivaciones y reduccionismos”.[2]

Hasta aquí, lo que vamos viendo es que nuestra vida, es un universo. Y adentrarnos en diferentes carreras, en mi caso para ser docente, nos permite conocer esos universos paralelos, entre más conoces más infinito es el todo, más amplio el espectro que nos queda por conocer.

De esta forma apunto hacia una identidad docente, donde yo pueda brindarle a los alumnos rutas que sean viables de explorar y de conocer, del disfrute del poder decidir, de tener creatividad e imaginación, de la libertad de opinar, de saber que si lo dejan podrán volver y habrá una mano extendida para acompañarlos ya sea en primaria, secundaria o en la universidad.

“En la enseñanza y el aprendizaje del arte se hace necesario garantizar una práctica artístico pedagógica consistente, responsable y significativa. Es importante que se fomente la construcción de conocimientos específicos del arte, desarrollando percepción y pensamiento artístico”.[3]

Mi paso por T.A.E., creo que se trató tal cual describo la identidad docente que quiero construir. Desde el primer día de clases, con la dinámica que realizamos ya notamos un clima en donde tendríamos herramientas, consejos, ayudas, espacios, que nos darían apertura para construirnos, nos dejarían ser.

A medida que fueron pasando los días y meses, me encontraba con situaciones que iban reflejando todo esto que les planteo, uno de las situaciones  más importantes son las prácticas en secundario, la posibilidad de realizar un trio pedagógico, de poder acompañarnos en esos momentos en que a veces parecía que no íbamos a poder continuar con las prácticas por ausencia de docentes en la escuela secundaria o porque nuestras compañeras para hacer las prácticas abandonaron por algún motivo la materia. Otra cuestión importante fue el momento de la planificación de las prácticas en la escuela secundaria y la responsabilidad que tuvimos según lo planificado.

Esta responsabilidad, vino de la mano de la confianza otorgada tanto por los docentes de la cátedra T.A.E.  Y todo el personal que nos atendió en la Escuela Moreno. Ellos tomaron una decisión de otorgarnos ese espacio para poder hacer nuestras prácticas docentes:

“La confianza es una interrogación acerca de las oportunidades ofrecidas al azar, de la responsabilidad; es la garantía de una oportunidad que aún es solo posible, pero que se hace existir en el acto de reconocerla”[4]

El compromiso con T.A.E. era poder hacer un proyecto interdisciplinar, los profesores de la Esc. Sec. Mariano Moreno estaban de acuerdo con ese proyecto, que a medida que lo íbamos concretando dio  cuenta del trabajo en equipo que podíamos lograr, de las posibilidades de ingresar al mundo de la docencia en nivel secundario a través de nuevos sucesos para dar  a conocer ya sea con dinámicas, exposiciones, paseos.

Mientras, en otros espacios que brindaba la T.A.E., se gestaban encuentros que nos permitían las posibilidades de enseñanzas y aprendizajes, algo que se vivió y se vive desde el inicio de la materia ya que en cada clase hubo un texto diferente y una compañera diferente que pensaba una dinámica y un Rol Play, para que el resto de sus compañeras pudiera apropiarse de los conocimientos necesarios y aquello  implica cursar el 4to año de la carrera.  En mi caso me tocó un gran texto, “Rasgos de las nuevas adolescencias y Juventudes” de Debora kantor, fue para mí uno de los grandes textos porque me permitía crear tantos posibles de habitar. Como ya he mencionado, somos estudiantes y futuros docentes, estuvimos frente al aula de clases, por lo que Kantor me pareció interesante para pensar nuestra practica frente a alumnos, reconociendo la otredad sin dejar que se interponga una brecha social económica política y cultural entre nosotros y ellos.  Como dice la autora: “no es posible reconocer totalmente lo extraño, ni anticiparlo, ni adivinarlo…”, deberemos ser capaces de crear alternativas para que el conocimiento sea accesible para todos.

Ya en las prácticas de la universidad, fue todo diferente, quedé sola en Sintaxis Visual I y residencia con orientación de Escultura. Por lo tanto debía afrontar dos proyectos muy distintos, no solo por las materias, sino también por la cantidad de clases que realicé.

En esta parte del trayecto, fue un momento muy importante para mí, porque si bien me hubiera gustado tener a alguna de mis compañeras para compartir los espacios, también aproveché para reflejar ideas que tenía desde hace bastante tiempo. Durante 2 años había sido auxiliar alumna del Taller de Escultura en primer año, sabía cómo planificaban los docentes para la catedra y formé parte de ese equipo ya que me habían invitado a dar clases con ellos. Por otro lado en Sintaxis entraba en un mundo que si bien no era desconocido hace varios años no compartía una clase,  por lo tanto cuando fui observando tuve que atender con detenimiento, ya que había alrededor de 50 a 60 alumnos.

No voy a negar que tuve miedo, aunque nada fuera desconocido, pero no me aferré a eso. Hice una mirada hacía mi interior y, algo parecido a un sentimiento me dio fuerza, entendí que aunque estaba ahí sola en frente de tantos alumnos, la realidad es que nunca lo estuve. Cada uno de los alumnos, los profesores, hasta el personal administrativo siempre me ayudaron para que pudiera estar ahí.  Por esta razón, me parece interesante que nos movilicemos ante estas circunstancias. Somos conscientes de que si era la primera práctica en la universidad, pero no iba a ser la última vez con tal cantidad de alumnos. Nosotros estudiantes de 4to año de la carrera de Profesorado de Artes Visuales no llegamos a estas alturas vacíos, sin herramientas, sin conocimientos, a lo largo de los años adquirimos conocimientos, teoría y prácticas en las materias, que me llevan a pensar constantemente en mis planificaciones y lo que dice Jorge Steiman en su cap. 2 “El método y sus recursos didácticos”:

“Cuando enseñamos intervenimos en las prácticas de aprendizajes de los alumnos/as. Este tipo especial de intervención requiere, a veces, del uso de mejores instrumentos para que el aprender sea posible y el enseñar sea una real intervención.

A veces, necesitamos esas cosas que son tan necesarias y que están ‘a la vuelta de la esquina’. Solo hay que tener ganas de caminar. Nunca las esquinas estuvieron lejos” (p. 122).

 

Con respecto a las prácticas de residencia, creo que es lo que más extraño hasta el día de hoy. A pesar de que tuve varias contras con los paros de colectivo, di todo de mi parte para que salgan de la mejor forma posible. En esas clases pude ver, que los alumnos estuvieron atentos a mis clases, participaban en dinámicas y en sus trabajos, una de las partes que destaco es cuando terminaban un trabajo y lo exponían en el aula, algunos tenían tanto miedo como yo cuando me pare aquel primer día y todos me miraban a los ojos. En esas exposiciones yo entendí que éramos todos iguales.

Y hablando de ser posible en un mundo, de inscribirse y habitarlo, mi forma de hacer el video en Nov. De 2019 y el portafolio siempre se pensaron desde instancias  personales. En el video en un punto, se pudo observar que expresaba todo lo que yo sentí de este universo artístico del cual vengo hablando desde el primer párrafo. La música del video es “Believer” (Creyente) de Imagine Dragons, pero la versión utilizada es un cover de “One Voice” coro de niños.  Los momentos más importantes del video son: cuando intentaba borrar viejas marcas, cuando me destapaba y cuando solté una lágrima. A veces me pongo a pensar si todos vieron la transformación que hice al estudiar aquí en la Escuela de Artes. Luego comencé a pensar en el portafolio, al principio lo asociaba con un recipiente que debía contener cosas, nada de expresiones artísticas, ni de sentimientos, yo creía que era el típico portafolio que llevaban mis profesores de secundario lleno de fotocopias que ni ellos a veces sabían para que materias eran. Luego con el paso del tiempo dejé de verlo casi como un contenedor de basura lleno de papeles. Lo comencé a ver como un dispositivo que me contenía a mí, que contaba de mi trayectoria, de mis fallas y avances, de marcas que dejaron cicatrices, de lo que soy hoy. El Portafolio cuenta mi vida como futura docente de Artes Visuales:

“En este sentido, un portafolio es algo más que una compilación de trabajos o materiales metidos en una carpeta o  los apuntes y notas tomadas en clase pasadas a limpio, o una colección de recuerdos de clase pegadas en un álbum. Un portafolio no supone solo seleccionar, ordenar evidencias de aprendizajes y colocarlas en un formato para ser mostradas. Como señala Gardner (1994:84) en el portafolio es posible identificar cuestiones relacionadas con el modo en que los estudiantes y los educadores reflexionan sobre cuáles son los objetivos de su aprendizaje, aquellos que se han cumplido y los que no se han cubierto, dónde, cuándo y porque se han enfocado de manera inadecuada, tanto con el esfuerzo como con las estrategias de aprendizaje de cada estudiante, y apunta en que direcciones resulta más prometedor enfocarlo para el futuro”[5]

Mi portafolio esta realizado para rendirse de forma digital y para posible caso rendirse de forma presencial, ya que todo se verá según las circunstancias sanitarias de la fecha.  El dispositivo será una instalación de 1,5 mts de ancho x 0,70 mts de profundidad y altura aproximada de 1,7  metros. La propuesta es armar el escenario de un universo, como lo vemos en las imágenes científicas y películas, compuesto por diferentes mundos. Los mundos serán diferentes colores y tamaños, serán de momentos que he creado en Artes, espacios y experiencias por los que concurrí y hacen lo que soy hoy, mis tres prácticas docentes, cada mundo contendrá mi proyecto de clases. Otro mundo será el de T.A.E, el cual estará dispuesto al igual que los otros. Así igualmente cada uno, tendrá a su alrededor fotografías que darán cuenta de cada experiencia. El sonido seleccionado y en el cual me basé en parte para crear el portafolio,  es un tributo realizado por Samuel Kim a la banda sonora en Star Wars de John Williams y Hans Zimmer. ¿Por qué seleccione una banda sonora de película? Bueno, investigué a cerca de lo que pueden producir los sonidos en las personas. Me  hallé ante una composición de sonidos muy importantes, ya que un productor musical español llamado Jaime Altozano, explica a través de una teoría musical cómo los sonidos de bandas sonoras pueden provocar sentimientos e imágenes mentales.

Escribiendo esta Narrativa, puedo comparar mi cabeza, con todo un universo de conexiones que logré hoy gracias a todos aquellos que han creído en mí.

 Cuando comencé a entender que ya estaba llegando al final de la cursada, me recorrió un sentimiento emocionante. Porque Artes,  ese Universo que me vio crecer durante años, y no hablo solo de la carrera que estoy haciendo sino, el todo, el edificio, las personas, el barrio, eso es un universo al cual voy a atesorar y valorar. No soy de Paraná, pero soñé con estudiar en la Escuela de Artes y cumplir mis metas. “yo caí en la Universidad Pública, ella me levantó, me enseñó una profesión que será mía para siempre y me dio alas para volar”.

Gracias al Taller de Acción de Educativa, Gracias  Artes.

 



[1] Edelstein, Gloria.  Formar y Formase en la  Enseñanza. Cap. 5, Formar y Formarse en el Análisis de las Prácticas de la Enseñanza. 2011: 190.

[2] Cullen, Carlos. Extrañas éticas de la identidad docente. Capítulo 1: El magisterio, un relato en búsqueda de un narrador. Edit. La crujía. 2009: 21.

[3] Lucía G. Pimentel, Rejane G. Coutinho y Leda Guimarães. “La Formación de profesores de arte: prácticas docentes”. Introducción.

[4] Laurence Cornu. Educar: Rasgos filosóficos para una identidad: capítulo 2, Responsabilidad experiencia y confianza. Edit. Santillana. 2002: 77.

[5] Hernández, Fernando. Educación para la Cultura Visual. Cap. 7, “Evaluación en la educación artística”.  Editorial Octaedro. Barcelona. 1997:176.

Comentarios